Claudia Navarro Papic
Fundadora y Directora de PROA Consulting Chile
Los dos grandes pilares en que se ha focalizado el desarrollo educativo desde 1990 -la calidad y la equidad- han tenido resultados, en general, auspiciosos para el presente y el futuro de la Educación Superior en nuestro país: en términos de calidad, el impulso dado al mejoramiento constante e integral de ésta en todos los ámbitos del saber y el aprendizaje son indesmentibles, a pesar del largo y ancho camino que siempre quedará por recorrer; del mismo modo, en materia de equidad hemos tenido un crecimiento sin parangón en cuánto a extensión y permanencia en el sistema, aunque éstos y otros avances sigan siendo tan significativos como los desafíos que quedan por asumir.
En este panorama, la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP), sobresale nítidamente, constituyéndose cada vez más en un aporte directo a la calidad país. Lejos, en tiempo y complejidad, estamos de las primeras expresiones de educación tecnológica, asociada al sistema escolar y a iniciativas privadas, que caracterizaron los orígenes de la Educación Técnico Profesional, hasta mediados del siglo pasado. Precisamente allí se asientan las raíces de la actual ESTP, con el surgimiento de Instituciones, como INACAP (1964-65) en el sector estatal y DUOC en el público- privado (1968), que amalgamaron y otorgaron relevancia a la formación de técnicos y subtécnicos, hasta entonces surgidos de la experiencia más que de perfiles profesionales y/o técnicos pre- establecidos. Con la recuperación de la democracia y con los nuevos objetivos y prioridades definidas para el desarrollo educacional, sumado a proyectos determinantes para ayudar a promover la calidad y la equidad del sistema educacional, como lo ha sido el MECESUP para la Educación Superior, el avance y mejoramiento de la Educación Superior (ES) ha sido y es innegable y otorga un contexto adecuado para el análisis de la ES en general y de la ESTP en particular.
La ESTP representó el año 2023, el 41,5% de la matrícula total de la Educación Superior, que corresponde a un 10,2% de CFT y a un 31,3% de Institutos Profesionales, demostrando este último el mayor crecimiento en este ámbito. Ello habla de su adecuada articulación con el mundo del trabajo y de la consistencia de sus perfiles profesionales y técnicos, respaldado por el sistema nacional de acreditación de la calidad.
Hoy, a la luz de estos antecedentes, se debería dejar de ver la ESTP como “un subsistema no universitario”, como ha sido la tónica en muchos ambientes académicos y en instancias tomadoras de decisiones de las políticas públicas atingentes al desarrollo y crecimiento de la ESTP. Ello motivará a este sector para focalizarse en desafíos y tareas que le son muy propias, como las que sumariamente se indican:
– Acelerar y profundizar la contribución a los territorios en materias de cohesión social, sustentabilidad, rezago tecnológico, entre otros, mediante políticas y procesos de innovación, investigación y creación, lo que se suma a sus funciones misionales. En este sentido deberían generarse políticas públicas específicas que lo permitan.
– Entre ellas, es imprescindible generar una adecuada focalización de recursos financieros, que permita a las Instituciones de la ESTP generar nuevos proyectos institucionales autónomos, que promuevan efectivamente el desarrollo de los territorios en que esta aspiración se cumpla.
– Es necesario, por otra parte, contar con mecanismos que aseguren la progresión exitosa de estudiantes que por primera vez tienen acceso a la ES, a propósito de la gratuidad y que deberán transitar trayectorias de formación y trabajo cada vez más extensas.
– Innovar en modelos de formación de estudiantes que, ante la amenaza de sustitución de la fuerza laboral, por la automatización de procesos productivos y/o por los efectos de la transformación digital, ponen en riesgo la viabilidad de los modelos tradicionales de formación, o la de las innovaciones que las instancias de la ESTP ofrecen para cambiarlos.
Con esfuerzo y constancia, la ESTP ha llegado a tener un valor en sí misma y eso es un gran logro. Está en mejores condiciones que antes para articularse mejor con los demás componentes del Sistema Educativo, para profundizar su consistencia interna- externa y para vincularse más estrechamente con su medio.